Según el informe, la mayor baja afectó a la fabricación de automóviles que se derrumbó un 32,5%, mientras que también sufrieron bajas superiores al promedio la fabricación de metales básicos, con el 8%, y de metalmecánica, con el 7,5%.

Los siguieron el rubro de producción de minerales no metálicos con una retracción del 6,8%; la industria textil con un retroceso del 5,6%; y edición e impresión con una contracción del 2,2%.

El único sector que registró variaciones interanuales positivas fue la fabricación de alimentos y bebidas con un crecimiento del 2,7%.

Por su parte, la capacidad instalada industrial tuvo una utilización del 59,4%, representando unos 3,6 puntos porcentuales menos del total de 2018, es decir, hubo un 40,6% de capacidad instalada ociosa.